Perros pérdidos: ángelitos o coincidencia.



¿Le ha seguido alguna vez un perrito en la calle? Si respondió que sí, habrá usted notado que no hay una razón aparentemente lógica de que el animalito le siga por su camino y le deje, ya sea porque usted se subió al bus, o bien porque llegó sano y salvo a casa. 



A mí me ha ocurrido en más de una ocasión y no entiendo la razón en realidad. Pudiera ser tal vez a que tenga olor a comida (quizá después de comer) o que mi aroma le ha confundido con el de algún antiguo amo, la verdad es que no sé...pero ocurre.

Mi abuelita, que se fue ya hace algunos años, decía que era la respuesta de Dios a una plegaría de las personas que nos quieren. "Date cuenta- decía- que tu papá un día se pregunta ¿en dónde estará ese hijo mío?, y Dios hace su parte y envía a un angelito a darte una vuelta. ¿Qué hacer para no espantarte?, pues por medio de un perrito inofensivo que te acompaña y después envía el mensaje de regreso: está bien!". Y agregaba: "Nunca le espantes ni le ahuyentes...es un angelito".  


El que un perro siga a alguien tal vez pueda deberse a una mera casualidad y lleve el mismo camino que uno, el caso es que me gusta pensar que la abuela tenía razón; que son respuestas a que alguien se acordó de nosotros, como cuando estornudamos; la gente suele decir: es que alguien se acordó de tí (en lugar del famoso: Sancho!!....o el Háblele! o el ojalá sea gripa").
¿Le ha seguido alguna vez un perrito en la calle? A lo mejor más de una vez y nunca había perdido el tiempo filosofando en algo como esto; pero le aseguro que se siente padre tener un guardián al menos por unos cuantos minutos.

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